En 1884 el
ayuntamiento de Calais encarga al escultor Auguste Rodin el proyecto de crear, en la plaza
principal de la ciudad, un monumento para homenajear una hazaña heroica, la de
un grupo de seis personas que se entregaron voluntariamente a los
conquistadores ingleses, para evitar la completa destrucción y saqueo de Calais
al inicio de la Guerra de los Cien Años. El monumento celebró el heroísmo de
estos calesianos, reforzando la
identidad histórica de la ciudad.
Calais, Plaza del Ayuntamiento |
Rodin descarta el
típico monumento con un gran pedestal y decide situar a los
personajes, realizados en bronce, sobre una mínima peana triangular, casi a la
altura del espectador, lo que les daba más humanidad y evitaba los lugares
comunes del heroísmo y la teatralidad exaltada en un zócalo.
Concibió un grupo de seis personajes, aislados pero unidos
en la miseria de su situación. Son personajes históricos con gran
diferenciación psicológica. La posibilidad de enfrentarse cara a cara con cada
uno de los personajes y de caminar entre ellos, permitió al
artista mostrar todos los detalles de los rostros y las expresiones. Rodin crea elocuentes
retratos y trata de dar a
los rostros rasgos característicos de
la región de Calais con el fin
de conferir al drama una dimensión real
y actual.
El artista aplica a su obra un modelado de superficies rugosas y multiplica los planos
para lograr efectos de luces y sombras. Esta técnica del "non finito"
que inició un vanguardista Miguel Ángel, convierte al espectador en un
observador activo. Él debe completar la obra con su imaginación.
Crea volúmenes
dotados de vida. Para ello utiliza una serie de recursos: actitudes y gestos,
juegos de luces y sombras que surgen de la acción recíproca de entrantes y
salientes, incisiones, rasguños de las superficies esculpidas. Sugiere el
movimiento sin representarlo materialmente.
El movimiento rotativo invita al espectador a caminar
alrededor de la escultura lo que lleva a una secuencia de imágenes en las que
cada rostro refleja rasgos individuales de sentimientos variados (resolución,
angustia, apatía...).
Rodin expresa
con realismo a seis hombres que han sobrevivido el sitio de un año y que ahora
dan su primer paso hacia la muerte. Algunos se inclinan, unos cabizbajos, otros
con la cabeza alta, otros se tapan el rostro horrorizado con las manos, todos
dudan. Los seis burgueses están vestidos con harapos y preparados para ser
colgados. Aunque los hombres estén individualizados se trata de una
obra colectiva, en la que las personas se dirigen juntas
hacia un destino inexorable. No se narra un
instante específico congelado en el tiempo, sino un espectro de pensamientos,
sentimientos y decisiones. Son hombres encerrados en si mismos, en su
dolor y no se comunican entre ellos ni con el espectador. Se aprecia el deterioro físico y anímico de las anatomías
lo que anuncia las vigorosas deformaciones del expresionismo. Rodin es un artista innovador
que se opone al rígido academicismo del siglo XIX.
De tamaño mayor que el natural. No forman un único bloque,
sino que se trata de seis figuras totalmente exentas, en la que es tan
importante la materia que las compone como el espacio vacío que las rodea.
Las figuras
se introducen en el espacio o dejan que el espacio se introduzca en ellas: la
masa corpórea no es compacta y cerrada como en los neoclásicos sino que se
articulan rítmicamente los huecos y las protuberancias.
El aislamiento
físico de cada una de las figuras está reforzado por un tratamiento retratístico, que rehuye la idealización, y por
las distintas actitudes de los personajes.
La ley francesa permitió que se realizaran 12 copias de la escultura tras
la muerte de Rodin. La técnica del vaciado permitió hacer
varias copias a partir del molde original.
UNIVERSIDAD DE STANFORD EN CALIFORNIA |
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