miércoles, 18 de noviembre de 2009

CARLOS III: UN MONARCA ILUSTRADO EN ESPAÑA

El rey parte hacia España
En 1759 Carlos III, rey de Nápoles, abandonaba su plácida residencia de Caserta para ceñirse la corona de España. Después de los esfuerzos diplomáticos y guerreros de su madre por encontrarle un acomodo en Italia, un capricho de la historia le brindaba su vuelta a la capital madrileña como soberano.
Una oleada de expectación acompañaba su llegada. La obra realizada en el reino de Nápoles lo erigió en monarca ilustrado a los ojos de los sectores más cultos de la sociedad española. Los ilustrados españoles soñaban con sacar al país de su atraso y confiaban en que el rey ayudara a derribar los muros del inmovilismo.
Al llegar a Madrid, el rey, más atraído por la emoción de la caza y sus trofeos que por las tareas de gobierno, abanderó una reconstrucción no traumática que buscaba restituir a España su protagonismo en Europa.

Pietro Fabris
El rey que Madrid recibió el 9 de diciembre de 1759, en medio de una incesante lluvia, era un monarca experimentado y maduro, como gobernante y como persona, lo cual representaba una cierta novedad en la historia de España. En estos primeros tiempos madrileños, Carlos vivió una experiencia familiar agradable y otra amarga. La primera se produjo por la designación de su primogénito, el futuro Carlos IV, como heredero de la corona española, sobre lo cual existían algunas dudas dado que había nacido fuera de España. El segundo, fue la desaparición de su esposa, que con la salud quebradiza y con cierta nostalgia napolitana no pudo superar el año de estancia en España. Esta muerte afectó seriamente a Carlos, que ya no volvería a desposarse nunca más pese a algunas insistencias cortesanas.

¿Cómo era el rey?

GOYA: retrato de caza de Carlos III
Mengs: retrato de Carlos III con armadura. El monarca que España iba a tener en los próximos treinta años mantendría una misma tónica de comportamiento en su vida personal. Según todos los datos recogidos por sus biógrafos, era una persona tranquila y reflexiva, que sabía combinar la calma y la frialdad con la firmeza y la seguridad en sí mismo. Cumplidor con el deber, fiel a sus amigos íntimos, conservador de cosas y personas, era poco dado a la aventura y no estaba exento de un cierto humor irónico. Dotado de un alto sentido cívico en su acción de gobierno, tenía en la religión la base de su comportamiento moral, lo que le llevaba a sustentar un acusado sentido hacia los otros y una cierta exigencia sobre su propio comportarse, que concebía siempre como un modelo para los demás, fueran sus hijos, sus servidores o sus vasallos.
La formación religiosa, humanística, idiomática, militar y técnica se combinaría durante años con la cortesana del baile, la música o la equitación para ir forjando la personalidad de un joven de buen y mesurado carácter, solícito a las sugerencias paternas y educado en la convicción de la evidente supremacía de la religión católica. También fue en su infancia cuando Carlos se aficionó a la caza y a la pesca, pasiones, especialmente la primera, que nunca abandonaría a lo largo de su vida.

Con Carlos III comienza el Despotismo Ilustrado en España
A pesar de que todavía continuamos dentro del periodo de monarquías absolutistas, el reinado de Carlos III es plenamente reformista desde el punto de vista socio-político y económico. Carlos III realizó importantes cambios sin quebrar la estructura básica del Antiguo Régimen: despotismo ilustrado, con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados. Entre los ilustrados se extendió la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, ocupación que ocupaba a la mayoría de la población y que estaba muy atrasada. Para ello se crearon asociaciones como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y los ministros de Carlos III prepararon diversos planes de reforma como el Memorial Ajustado de Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos.
GOYA: "Jovellanos"GOYA: "Floridablanca"¿Cuál fue su política exterior?
Durante su matrimonio con María Amalia de Sajonia, Carlos III se mantuvo neutral con todas las naciones europeas, como su padre.
Al morir su esposa, Carlos III se acercó más a Francia.
Intentó mantener el prestigio español y su presencia colonial, amenazada por el expansionismo de Gran Bretaña y Francia, principalmente.
Realiza el TERCER PACTO DE FAMILIA firmado con Francia en 1761 por el cual se alinea España con Francia en su conflicto permanente con Gran Bretaña.
Para ello, reformó el ejército e incrementó el poder naval español, hasta el punto de que su armada pudo ser considerada en su época como la más poderosa después de la británica.
Sus objetivos fundamentales fueron:
- mantener la paz en el Mediterráneo para garantizar el comercio español en estas aguas
- neutralizar a Gran Bretaña en las colonias americanas y
- recuperar Menorca y Gibraltar de manos de los ingleses.

España interviene en la Guerra de los Siete Años (1756-63) y en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América (1775-83). Ayuda a las colonias angloamericanas de Nueva Inglaterra a ganar su independencia y recobra la isla de Menorca.
El Tratado de Versalles de 1783 puso fin a la guerra. España recuperó Florida, los territorios del golfo de México, aunque no pudo hacer lo mismo con Gibraltar.
España, de esta forma, contribuyó a la independencia de los Estados Unidos, hecho que creó un precedente para la emancipación de las colonias españolas en el siglo XIX.

Política interior Inició un programa de reformas sociales, políticas y económicas, que lesionaban los intereses de la oligarquía aristocrática y religiosa, las cuales alentaron el motín de Esquilache (1766)

Otorgó poder político a la burguesía, favoreciendo sus intereses con iniciativas legislativas como la creación de la Orden de Carlos III. En política comercial: supresión de aduanas interiores, liberación del comercio de granos (1765), del comercio con América (1778), fundación de las Juntas de Comercio, la Sociedad Económica de Amigos del País, etc. Interesado en promover la prosperidad del país, su programa de reformas e iniciativas alcanzó a las obras públicas, destacando la construcción del pantano de Loja, el puerto de San Carlos de la Rápita o la repoblación de Sierra Morena, creando municipios de nueva construcción como La Carolina. En política industrial: finalización de los sistemas gremiales, protección de la industria privada, incremento de las manufacturas reales.En hacienda: unificación del sistema monetario, se crean los valores reales, el primer papel moneda, la primera banca estatal.

En política agraria: reparto de tierras comunales, medidas para la división de latifundios, regulación de los arrendamientos rústicos, disposiciones contra los privilegios de la Mesta, nuevas colonizaciones, constituyeron los primeros intentos de reforma agraria.
La colonización de Sierra Morena El Fuero de Población, 1767
La repoblación de Sierra Morena y los despoblados andaluces entre Córdoba y Sevilla fue un objetivo que se propuso el rey Carlos III, que tras decretar en Junio de 1761 la construcción de la carretera general de Andalucía por Despeñaperros, necesitaba que el camino dejara de ser ruta preferida para bandidos que se beneficiaban de los extensos campos despoblados.


En el ámbito cultural, Carlos III entendía que la prosperidad nacional pasaba por el desarrollo cultural y educativo. En este sentido, impulsó la investigación científica, reformó la docencia y favoreció la difusión de los conocimientos.
Llevó a cabo la expulsión de la Compañía de Jesús -fundada en 1540- producto de una política de separación de la Iglesia y el Estado basada en el principio de la soberanía nacional.
Supresión de la institución oligárquica de la Inquisición española.
El reinado de Carlos III fue uno de los más gloriosos de toda la historia de España, a pesar de que muchos de sus proyectos reformistas quedaron sin realizar ante la reacción de los grupos privilegiados. Aún así quedan muchos testimonios de su política de modernización del país y en especial las reformas en el urbanismo madrileño del que haré la próxima entrada. Carlos III murió en 1788 sucediéndole en el trono su hijo Carlos IV.

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA HISTORIA A TRAVÉS DEL ARTE: CARLOS III EN ITALIA


Rey de Nápoles como Carlos VII y de España como Carlos III (1759-88),perteneciente a la Casa de Borbón (Madrid, 1716-88). Era el tercer hijo de Felipe V, y primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fue su hermanastro Fernando VI quien sucedió a su padre en el trono español.
Isabel de Farnesio de Parma aconsejada por el cardenal italiano Alberoni, inició una campaña política exterior para reconquistar los territorios perdidos en Italia tras el Tratado de Utrech y así obtener una corona para su hijo. Con él se inicia la rama de Borbón-Dos Sicilias, que reinó en Nápoles hasta la unificación de Italia (1861).
Carlos sirvió a la política familiar en la lucha por recuperar la influencia española en Italia: heredó inicialmente de su madre los ducados de Parma, Piacenza y Toscana (1731); pero más tarde, al conquistar Nápoles Felipe V, en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-35), pasó a ser rey de Nápoles con el nombre de Carlos VII.
Al morir Fernando VI en 1759 sin dejar descendencia, heredó el trono de España, que pasó a ocupar en 1759, dejando el trono de Nápoles a su tercer hijo, Fernando IV.

Nápoles no fue para Carlos un destino intermedio en espera del gran reino de España. Allí vivió un cuarto de siglo, allí emprendió una política reformista en un complicado país dominado por las clases privilegiadas y allí constituyó, con su amada esposa María Amalia, una familia numerosa de trece hijos, siete mujeres y seis varones.
La pasión del monarca y de su esposa, María Amalia de Sajonia, por la música, el teatro y la arquitectura, dio lugar a un largo periodo de espléndida producción artística. Especial importancia tienen en la muestra los retratos del monarca y su familia realizados por Giuseppe Bonito, Clemente Ruta, Francesco Liani, así como los de Giacinto Diano, Vanvitelli y Bernardo Tanucci.


Durante su reinado napolitano, Carlos configuró definitivamente su carácter y su modelo de reinar, siempre ayudado por su consejero personal Bernardo Tanucci y siempre tutelado por sus padres desde Madrid. En términos generales aprendió a ser un rey moderado en la acción de gobierno, un soberano que supo animar una política reformista que, sin acabar con todos los problemas que sufría el abigarrado pueblo napolitano y sin menoscabar los poderes esenciales de la nobleza, al menos sí consiguió que el reino se consolidara como tal, que fuera cada vez más italiano y que tuviera una cierta consideración en el concierto internacional.
Carlos III fue el gran reformador del reino, que en el siglo XVIII arrastraba serios problemas económicos. Influenciado por las ideas de la Ilustración, Carlos III luchó en contra de los fueros eclesiásticos controlando fiscalmente sus bienes, redujo también los derechos de inmunidad y asilo.

En los más de cincuenta años del gobierno de Carlos III , la producción agrícola y ganadera tuvo un notable progreso, dando empuje a las actividades comerciales. En 1755 se inauguran en la Universidad de Nápoles las cátedras de Economía y Astronomía, únicas en su momento. Entre las obras que emprendió el monarca estuvieron la construcción del Palacio de Caserta, el Museo de Capodimonte, el Palacio Portici, la Capilla de San Severo y el Teatro de San Carlo, además de construir refugios para pobres e iniciar el proceso de las excavaciones en los sitios de Pompeya y Herculano.
PALACIO DE CASERTAEl Palacio Real de Caserta es un palacio barroco situado en Caserta, en la región italiana de Campania. El edificio fue encargado por el rey Carlos VII para que sirviese de centro administrativo y cortesano del nuevo Reino de Nápoles, al tiempo que símbolo del poder real. El monarca quiso dotar a la dinastía Borbón-Dos Sicilias de una residencia de la talla de Versalles.
El arquitecto elegido fue Luigi Vanvitelli, en cuya obra predominaba el Barroco racionalista, muy próximo al Neoclasicismo. Vanvitelli se hizo cargo del diseño del parque y los jardines, aparte de dirigir las obras del palacio.

No obstante, Carlos jamás vio su proyecto finalizado, pues hubo de partir de Nápoles para ocupar el trono español a la muerte de su hermano, Fernando VI. El palacio sirvió de residencia veraniega a su hijo Fernando y a los demás monarcas de las Dos Sicilias hasta su incorporación al Reino de Italia. El edificio, junto con los jardines y el complejo arquitectónico del Belvedere de San Leucio, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Con la construcción del Palacio, se plantea la necesidad de realizar prestigiosos proyectos decorativos destinados al Real Sitio que pudieran competir con los de las más importantes cortes europeas.


FIN DE SU REINADO EN ITALIA
Cuando ya pensaba que su destino último era Nápoles, la muerte sin descendencia de su hermanastro Fernando VI lo condujo de vuelta a su patria de nacimiento. Carlos cumplió así con unos designios testamentarios que en buena parte él consideraba dictados por la Divina Providencia. Dejando como rey de las Dos Sicilias a su hijo Fernando IV y siendo despedido con afecto por el pueblo, embarcó rumbo a Barcelona, donde el calor popular vino a demostrar que las heridas de la Guerra de Sucesión cada vez estaban más cicatrizadas.


Organizada por la Embajada de Italia para conmemorar el 250 aniversario de la coronación de Carlos de Borbón como rey de España y con el patrocinio de Endesa, se está celebrando en Madrid la exposición: "Italia rinde homenaje a Carlos III, un rey entre Nápoles y España". La muestra recorre la trayectoria vital del monarca desde la vertiente artística. Sede de la exposición: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando